martes, 2 de junio de 2009

Entre Rejas

I
Algunos días la conciencia me clava sus dientes
y me saca de este lugar.
Aterrizo sobre arenas lejanas y en ellas pierdo los sueños;
mis manos atrapadas entre las grietas del tiempo.
Ya no me atrevo a levantar la cabeza del barro
Porque pronto hemos de volver a caer en él
Ya no me atrevo a suprimir el espacio en Blanco
Porque en breve habrá colonizado mis palabras.
Ahora camino hacia el precipicio del silencio
donde has de encontrarte con mi soledad,
Permanezco encerrada en los barrotes de mis huesos
hundida en esta realidad
que el imparable deseo ha elegido para mi.

II
Tengo el mundo a mis pies
como el fruto perdido del un árbol;
dulce memoria,
Y el futuro ahogado en su precipicio.
La sonrisa incrustada a la cara
la piel siempre nueva
Solo es la fortuna que habita a un cuerpo
cuando tengo todo lo que deseo.
El centro siempre vacío
un anhelo castigado por el viento.

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